¿Quién es Iñaki Sainz de Murieta?
Íñaki Sainz de Murieta (Donostia-San Sebastián, 1985) es un docente, escritor y guionista guipuzcoano con una prolífica carrera en el ámbito de la ficción. Su talento ha sido reconocido con diversos premios y menciones a lo largo de su trayectoria. Entre sus obras más destacadas se encuentra la exitosa colección juvenil «Las aventuras de Kanide«, que cuenta con seis volúmenes y ha sido recientemente traducida al euskera. Además, su cómic «El ocaso mexica – Moctezuma Xocoyotzin» (Editorial Verbum) ha sido ampliamente aclamado.
Sainz de Murieta no se limita a la literatura. Ha contribuido a varias antologías y proyectos vinculados a su formación como antropólogo, participando activamente en iniciativas sociales y culturales para reconocidas fundaciones a nivel nacional e internacional. También ha incursionado en proyectos audiovisuales y en la industria de los videojuegos.
Con una sólida formación académica, Sainz de Murieta posee una diplomatura en Magisterio y una licenciatura en Antropología Social y Cultural por la UPV/EHU, complementadas con un Máster en Ciencias Religiosas por el ISCR Pío XII de San Sebastián. Su experiencia se enriquece con diversas campañas de excavaciones arqueológicas, destacando su participación en el equipo científico liderado por el Doctor Jesús Altuna, que puso en marcha el Centro de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico Mueble de Gipuzkoa.
Ahora, con su nuevo libro, «Sombras. 52 microrrelatos de
terror» . Íñaki Sainz de Murieta nos invita a adentrarnos en un universo lleno de imaginación y profundidad, fruto de su vasta experiencia y pasión por la narrativa.
Además, nos ha escrito unas palabras para Atticus Munny:
Carta a Atticus Munny de Iñaki Sainz de Murieta
Querido lector, es para mí un placer presentarte: «Sombras. 52 microrrelatos de
terror». El presente proyecto responde a un firme interés por recuperar este excepcional género narrativo y brindarle la entidad que merece. Veremos si la apuesta tiene el éxito esperado y caben más publicaciones como la presente. Por eso mismo, deseo darte las gracias por tu tiempo y tu confianza, que son dos elementos de extrema importancia para mí. Espero no defraudarte.
Llegados a este punto, es preciso explicar que, en este caso, para aumentar la
dificultad de este reto, he limitado la extensión de los textos a las cien palabras, nunca más. Cada uno de ellos está acompañado de imágenes generadas por inteligencia artificial (IA), de tal suerte que las imágenes evocadas por las palabras son complementadas con los modelos aportados por el equipo editorial. Desde el punto de vista antropológico, resulta una comunión interesante que deberá ser motivo de profundos análisis a futuro, asumiendo que esta hibridación es un claro ejemplo de nuestra realidad, en la que el uso de herramientas digitales para el desarrollo cultural continúa su inexorable avance.
Debemos ser nosotros quienes, con libertad y derecho a la crítica, ponderemos si queremos promover estos productos o no. Seguramente, si lo pensamos fríamente, el terror será siempre uno de los mayores escollos para la inteligencia artificial, por cuanto que los miedos que nos atenazan varían y mutan continuamente, quedando ligados de manera indisoluble a nuestras
experiencias vitales.
Por eso mismo, porque vivimos, tememos. Las máquinas son
incapaces de ser presa del pánico. No lo pueden computar. Muy al contrario, el mal está presente en nuestra cultura de manera permanente, como muestra tangible del fracaso de nuestra sociedad, que se muestra incapaz de obrar el bien si no es por interés propio y, en cambio, no pierde la oportunidad de dañar al prójimo a la menor ocasión. Las múltiples tragedias que se nos ofrecen a cada momento nos insensibilizan por saturación. Y nunca cesan. Si algo sabemos los creativos es que la realidad siempre supera la ficción. Los límites del terror se expanden continuamente. De ahí que sea fundamental saber lo que no es aceptable.
Ninguno de estos relatos debería ser normalizado jamás.
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