Por qué nos gusta la literatura de terror o sentir miedo

¿Por qué nos gusta el terror?

Este artículo busca indagar en las razones por las cuales encontramos un placer peculiar en el miedo que provoca la literatura de terror, examinando cómo este género manipula nuestras emociones más profundas y refleja nuestras ansiedades colectivas, al tiempo que nos ofrece una vía de escape y la oportunidad de enfrentarnos a nuestros miedos en un entorno controlado.

1. La catarsis del miedo

Una de las principales razones por las que el género de terror atrae a los lectores es la experiencia catártica que ofrece. Aristóteles fue uno de los primeros en discutir el concepto de catarsis en su análisis de la tragedia; sin embargo, esta idea también es aplicable al terror. La literatura de terror nos permite experimentar el miedo de manera intensa y directa, pero en un contexto seguro donde sabemos que estas amenazas no son reales. Esta exposición controlada a nuestras angustias puede ser psicológicamente liberadora. Al enfrentarnos a nuestros miedos a través de la ficción, somos capaces de procesar y en cierto modo, dominar esos temores. En el acto de leer una novela de terror, el lector experimenta una serie de emociones negativas que, al llegar al desenlace, suelen resolver en una liberación emocional que puede ser profundamente satisfactoria.

En el acto de leer una novela de terror, el lector experimenta una serie de emociones negativas que, al llegar al desenlace, suelen resolver en una liberación emocional que puede ser profundamente satisfactoria.

2. El espejo de nuestras ansiedades

El terror, en su esencia, actúa como un reflejo distorsionado de nuestras propias inquietudes sociales y personales. Los monstruos y los escenarios oscuros que abundan en los relatos de terror suelen ser metáforas de problemas más amplios, como las crisis políticas, las epidemias, o los dilemas éticos contemporáneos. Por ejemplo, las obras de Edgar Allan Poe a menudo exploran temas de locura y desesperación, reflejando las tensiones del periodo romántico en el que vivió, marcado por un profundo conflicto entre los deseos personales y las normas sociales. De esta manera, la literatura de terror nos permite explorar estos temas desde una distancia segura, ofreciéndonos una manera de reflexionar sobre nuestras propias vidas y sociedades sin enfrentarlas directamente.

la literatura de terror nos permite explorar estos temas desde una distancia segura, ofreciéndonos una manera de reflexionar sobre nuestras propias vidas y sociedades sin enfrentarlas directamente

3. La emoción de lo prohibido

El terror también satisface un deseo casi voyeurístico de explorar lo prohibido y lo oculto. Desde los relatos góticos hasta las modernas historias de horror que exploran lo sobrenatural, este género literario nos invita a mirar aquello que en la vida cotidiana preferiríamos evitar. La transgresión de lo normal que el terror propone, ya sea a través de la exploración de la muerte, la violencia o lo sobrenatural, atrae nuestra curiosidad innata y nos empuja a explorar lo desconocido. Esta atracción por lo prohibido y el tabú alimenta nuestro interés y nos mantiene enganchados a la historia, deseosos de descubrir más sobre estos aspectos oscuros de la existencia humana.

Esta atracción por lo prohibido y el tabú alimenta nuestro interés y nos mantiene enganchados a la historia, deseosos de descubrir más sobre estos aspectos oscuros de la existencia humana.

4. La seguridad en el miedo

Finalmente, otra razón por la cual la literatura de terror es tan atractiva es que ofrece una forma de miedo segura. A diferencia de las amenazas reales, los peligros en un libro pueden ser cerrados simplemente al cerrar la tapa o al poner el libro en la estantería. Esta seguridad inherente nos permite disfrutar del miedo como una forma de entretenimiento sin las consecuencias que acompañarían a un verdadero peligro en nuestras vidas. La adrenalina que se libera al sentir miedo se convierte en placer cuando sabemos que estamos a salvo, creando una experiencia emocionante pero controlada.

La adrenalina que se libera al sentir miedo se convierte en placer cuando sabemos que estamos a salvo

Para profundizar en el entendimiento del terror y la emoción del miedo en la literatura, varios expertos han explorado estas temáticas desde diversos ángulos. Aquí se mencionan algunos de los más destacados, junto con un resumen de sus ideas principales:

1. Stephen King: «Danza Macabra»

Stephen King, uno de los maestros contemporáneos del terror, en su libro «Danse Macabre», explora el impacto cultural de la literatura y el cine de terror. King argumenta que estos géneros actúan como válvulas de escape para nuestras ansiedades más profundas, permitiéndonos enfrentar nuestros miedos más inconfesables de manera segura. El autor sugiere que el terror cumple una función social importante, ayudando a las personas a manejar y destilar el miedo cotidiano a través de historias ficticias.

danza macabra

Heredero de la gran tradición norteamericana en narrativa de terror, que nace con E.A. Poe y pasa por H.P. Lovecraft, Stephen King ha logrado con sus obras una difusión jamás alcanzada por ningún otro autor en este género, dotándolo de una vitalidad envidiable. Danza Macabra (1981) es un lúcido y divertido ensayo, lleno de referencias a multitud de obras y jugosas anécdotas biográficas, que pretende dar respuesta a la paradoja esencial del aficionado a la ficción de terror: «¿Por qué hay personas dispuestas a pagar a cambio de sentirse extremadamente incómodas?» Y para abordar tan complejo asunto, King se vale de un doble recorrido, histórico y personal, a través de la literatura y el cine de terror modernos (1950 -1980), «con un par de salidas al margen para explorar las raíces del género». «El buen cuento de horror ?reflexiona King? avanza bailando hasta alcanzar el centro de la vida del lector, donde encontrará la puerta secreta a esa estancia que usted creía que nadie más conocía». Tras sugerir que la ficción de terror remueve los temores sociales más inconfesos, y que está sujeta por tanto a cambios históricos, argumenta a propósito de su pervivencia que «aunque los sueños inquietos del inconsciente colectivo puedan cambiar de década en década, la tubería que se hunde en ese pozo de sueños permanece constante y vital». «Este libro es únicamente mi paseo por todos los mundos de la fantasía y el horror que me han complacido y aterrorizado», explica su autor, al tiempo que nos recomienda: «vaya mordisqueándolo de vez en cuando o devórelo de cabo a rabo, pero disfrútelo».

2. Noël Carroll: «The Philosophy of Horror»

El filósofo Noël Carroll, en su obra «The Philosophy of Horror», analiza por qué las personas disfrutan del horror. Carroll propone que el horror es atractivo porque nos permite explorar el concepto de lo monstruoso, lo cual define como una violación de nuestras nociones comunes de lo natural. Según Carroll, las historias de terror nos fascinan porque combinan repulsión y curiosidad, provocando una complicada respuesta emocional que nos invita a reflexionar sobre nuestros propios límites y miedos.

The Philosophy of Horror

Noel Carroll, estudioso del cine y filósofo, ofrece la primera mirada seria a la estética del terror. En este libro analiza la naturaleza y las estructuras narrativas del género, abordando el horror como fenómeno «transmedia». Aficionado y estudioso del género de terror, Carroll aporta su amplio conocimiento de obras oscuras y olvidadas, así como de las obras maestras del terror. Desde una perspectiva filosófica, trata de explicar por qué la gente puede encontrar placer en que le den un susto de muerte. ¿Cuáles son, después de todo, esas «paradojas del corazón» que nos hacen querer horrorizarnos?

3. H.P. Lovecraft: «El horror sobrenatural en la literatura»

H.P. Lovecraft, en su ensayo «El horror sobrenatural en la literatura», profundiza en las raíces y la evolución del cuento de terror. Lovecraft destaca la importancia del misterio y lo desconocido como componentes cruciales del horror efectivo. Para él, el miedo más potente es el que surge del reconocimiento de nuestra insignificancia frente a lo incomprensible, una idea que permea muchas de sus propias obras literarias.

El horror sobrenatural en la literatura

H. P. Lovecraft nos habla en este ensayo de «la emoción más antigua y poderosa de la humanidad»: el miedo. De todo lo que nos aterra, nos dice Lovecraft, es lo desconocido lo que nos atrae con más fuerza.

El gran maestro del terror analizó el género en este ensayo publicado en 1927 examina en este magnífico texto las raíces del género en la novela gótica y traza su desarrollo a través de autores como Nathaniel Hawthorne, Edgar Allan Poe o Ambrose Bierce. Por otro lado, el autor bautiza en su ensayo a los cuatro «maestros contemporáneos» del terror: Arthur Machen, Lord Dunsany, Algernon Blackwood y M. R. James.

«Palabras que nos emocionan. Palabras que nos alteran. Palabras que modifican nuestro metabolismo: haciéndonos llorar, alcanzando a conseguir que el entorno en el que las leemos ya no nos resulte seguro o previniéndonos de lo que leeremos en la página siguiente.»

Del prólogo de Javier Aparicio Maydeu 

4. Sigmund Freud: «Lo siniestro»

En su ensayo «Lo siniestro» (Das Unheimliche), Sigmund Freud examina la experiencia de lo siniestro, un fenómeno estrechamente ligado al terror. Freud explica que lo ominoso es aquello que es familiar y a la vez extrañamente perturbador. Esta teoría ayuda a entender por qué elementos familiares transformados de maneras sutiles a menudo forman la base de las historias de terror más efectivas y resonantes.

En una aceptan un tanto indeterminada, casi siempre coincide con lo angustiante en general. Sin embargo, podemos suponer que el uso del término específico lo siniestro sirve para denotar un núcleo particular de lo angustiante: un sentido esencial y propio que permite discernir, en lo angustioso, algo que además es siniestro. E. T. A. Hoffmann es, en la literatura, el maestro sin par de lo siniestro, cuyas características nos ayudará a identificar gracias a su cuento del arenero: «ese hombre malo que viene a ver a los niños cuando no quieren dormir, les arroja parados de arena a los ojos, haciéndolos saltar ensangrentados de sus órbitas


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